En los momentos más duros, de menos recursos y donde la naturaleza es más dura con el hombre, nuestro instinto de adaptación y supervivencia nos ha alentado a innovar o inventar recursos donde no los hay para mejorar nuestras condiciones de vida.
Este es el caso de Ashis Paul, un ciudadano de Bangladesh que ha dado con un sistema que palía uno de los principales problemas que sufren los ciudadanos de su país que viven en las zonas rurales: el calor. Este sistema lo ha bautizado como Eco-Cooler.
En la Bangladesh los campesinos viven en casas de chapa, con lo que cuando el sol da de lleno en ellas el material se recalienta y el aire interior sube de temperatura rápidamente, haciéndose irrespirable y muy difícil vivir en ellas, especialmente en las horas centrales del día. 
Por eso Paul ha ideado un sistema 100% ecológico que no necesita estar enchufado a la corriente y ni siquiera hace falta comprarlo: cualquiera se lo puede construir y montar en su casa. Se trata de una tabla llena de agujeros sobre los que se colocan botellas de plástico recortadas. Cuando se montan las botellas sobre la tabla, se coloca en una ventana. 

¿Cuál es el truco?

El cambio de presión que se produce entre el interior de la estancia y el exterior hace que el aire pase desde la parte más ancha de la botella hacia la parte estrecha haciendo que se produzca una pequeña corriente de aire enfriado de hasta 5ºC de diferencia, incrementando la sensación de frio que si solamente tuviesen la ventana abierta.
La idea ha tenido tanto éxito que el Eco-Cooler va a ser distribuido en Bangladeh por la empresa Grameen Intel Social Business, una colaboración entre las empresas Grameen e Intel para proyectos solidarios. Los Eco-Cooler no se van a comercializar, sino que los distribuidores van a ir de aldea en aldea enseñando cómo fabricar uno, para que el conocimiento pueda pasar de una familia a otra completamente gratis.