El precio de la luz alcanzará hoy miércoles, en plena ola de frío, su valor más alto desde diciembre de 2013. ¿Pero porqué es esto?

En España el precio de la electricidad varía en función de qué tecnologías abastecen a cada hora de cada día del año. El mecanismo establece que primero se compra todo el stock de la fuente de energía más barata disponible. De ahí se pasa a comprar las más caras hasta llegar a cubrir toda la necesidad de electricidad prevista. El precio final será determinado por la fuente más cara.
Al empezar la compra de energía por la más barata, las primeras fuentes de energía en acceder al mercado son las renovables (que ofrecen su producción a coste casi cero ya que el viento y el sol son gratis y los costes de mantenimiento y operación son bajos) y la energía nuclear (que externaliza la mayoría de sus costes ambientales, como la gestión de los residuos nucleares o la responsabilidad limitada en caso de accidente).
Si hace falta más electricidad para satisfacer toda la demanda, entran en funcionamiento centrales con costes (y emisiones contaminantes y de CO2) mucho mayores como las de carbón o de gas. Al final, todas ellas recibirán por la electricidad vendida al mercado mayorista el mismo precio: el de la última tecnología en entrar, es decir, la más cara.
Al estar en plena ola de frío la demanda eléctrica crece, y lo hace en un momento en que las condiciones meteorológicas (menos viento) e hidrográficas (menos disponibilidad de agua en las centrales hidroelécricas) ponen en jaque a las tecnologías más baratas, y obligan a utilizar centrales de gas y de carbón, cuya utilización resulta más cara para generar electricidad.
Asimismo factores como el encarecimiento del petróleo o el menor intercambio de electricidad con Francia por el parón de algunas nucleares del país ha ayudado al incremento del importe de la factura de la luz.
El sistema es el que es, pero habría que reflexionar sobre el mismo y tener en cuenta que como sociedad debemos buscar soluciones combinadas entre la reducción de la demanda (con medidas de eficiencia energética y evitando sobreconsumos innecesarios) y la mejora del suministro y autogeneración (potenciando energías renovables; siendo estas más limpias, económicas y autogestionables, minimizando nuestra dependencia externa del petróleo y de la electricidad francesa ).