Las administraciones europeas, desde la estrategia europea 2020, tratan de implicarse en la toma de medidas para reducir el impacto medioambiental para generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. 


Uno de los puntos de esta estrategia 2020 es la regulación y fomento de la contratación pública verde, un proceso mediante el que autoridades públicas y semipúblicas deciden adquirir productos, servicios, obras y contratos en los sectores especiales con un impacto ambiental reducido. 
Dentro de los objetivos de la contratación pública verde está el fomento de la adquisición de materiales provenientes de procesos de reciclado. La intención es fomentar el modelo de economía circular, basado en una sociedad del reciclado, con el objetivo de reducir la producción de basura para emplearla como recursos.
Entre estos postulados se encuentran las carreteras sostenibles, construidas a partir de mezclas asfálticas menos contaminantes. El caucho pulverizado procedente de los neumáticos fuera de uso se incorpora a distintos tipos de betunes con propiedades diferentes siempre superiores a las obtenidas con las convencionales. Una de las consecuencias más positivas es el ahorro en gastos de conservación y la prolongación de su vida útil, ya que son mezclas más elásticas, por lo que se mejora la resistencia a la fisuración, aumentando su seguridad y durabilidad. 
Por otro lado, el color es más negro y crece el contraste entre las marcas blancas y el asfalto, por lo que disminuye el mantenimiento. 
Sin embargo, estos betunes mejorados son más costosos y, en época de crisis, las ofertas más económicas prevalecen frente a las eco en los concursos públicos, no mirando más allá de la inversión inmediata y obviando las consideración de ciclo de vida del producto en toda su extensión (más durabilidad, menos mantenimiento,…). 
Además, hay otro factor determinante a favor de este tipo de materiales reciclados, y es que los betunes suponen en torno al 5% del coste de una obra, un porcentaje insignificante en comparación con los beneficios que va a prestar, tanto a nivel ambiental como social y económico (desde un punto de vista de inversión a largo plazo)
Asimismo, según varios estudios sobre huella de carbono al utilizar polvo de neumático en las carreteras se reducen entre un 30 y un 40% las emisiones de CO2 respecto a una vía convencional. 
En España ya hay 1.250 kilómetros de estas carreteras. Teniendo en cuenta que a 31 de Diciembre de 2015 (último dato oficial del ministerio de fomento) hay 166.003 Kms, actualmente tenemos un 0,8% de carreteras “verdes”, por lo que queda mucho por hacer….