Recientemente un hombre falleció por ingerir lavavajillas accidentalmente en un bar. El dueño del bar sirvió al cliente por error lavavajillas en vez de vino blanco. El fatal error se cometió cuando alguien utilizó una botella sobrante indebidamente identificada para guardar lavavajillas. Por accidente se guardó esta botella cerrada en la nevera y ahí el lavavajillas perdió su olor, por lo que al servirlo el cliente no distinguió por el olor que en vez de vino era un producto de limpieza, ya que a simple vista tenia aspecto de vino blanco. Para más información se puede consultar el siguiente enlace.
Lo importante de esta historia, y la lección a aprender es que todo producto ha de estar adecuadamente identificado, en todo momento, tal y como determina la legislación vigente.
Asimismo la mayor fuente de error está en, no ya en los productos suministrados originalmente por el proveedor ya que estos vienen en contenedores adecuados para el producto, y correctamente identificados, sino en los pequeños trasvases que se realizan dentro de la empresa para facilitar su manipulación, como en la noticia que abre este post.
El trasvase:
En las operaciones de trasvase de sustancias químicas, especialmente cuando se trasladan de un envase a otro productos o preparados peligrosos, es cuando se producen la mayoría de los accidentes: quemaduras, intoxicaciones, incendios, etc. El origen de estos problemas suele ser, casi siempre, el desconocimiento de los efectos nocivos de las sustancias que se manipulan y la ausencia de prácticas de trabajo seguras. A continuación presentamos una serie de medidas que pueden ayudar a prevenir accidentes en operaciones de trasvase de sustancias químicas que son aplicables tanto en las grandes industrias como en las pequeñas empresas o laboratorios.
  • Disponer siempre a mano o localizable la ficha de datos de seguridad del producto a trasvasar. En ella se determina que hacer en caso de derrames accidentales, intoxicaciones, contactos accidentales, etc…No confundir con la ficha técnica!!!!.
  • Trasvasar, en la medida de lo posible, pequeñas cantidades de productos; en el caso contrario, hay que emplear una zona específica para ello. Las sustancias peligrosas se deben trasvasar en lugares fijos, ventilados y con control de derrames, limitando las operaciones manuales a las mínimas posibles.
  • Evitar el trasvase de sustancias por vertido libre, salvo para envases de pequeña capacidad. Se deben utilizar embudos para llenar recipientes que tengan la boca estrecha, trasvasar por gravedad (vertido de una sustancia desde un recipiente que esté más alto que otro) utilizando un grifo regulador del caudal o bien emplear sistemas mecánicos de bombeo. 
  • Facilitar el manejo (inclinación) de recipientes de tamaño mediano (10-20 litros) instalando sistemas de basculación mecánica, siempre que también dispongan de un grifo para efectuar los trasvases. 
  • Cerrar siempre los recipientes una vez extraída la cantidad de producto que se necesita, volviendo a dejar el envase en el mismo lugar donde estaba almacenado.
  • Las sustancias inflamables y tóxicas deben trasvasarse en lugares bien ventilados y, preferentemente, bajo sistemas de extracción localizada que capten los contaminantes que se desprendan en su mismo punto de emisión.
  • Disponer de sistemas de visualización o indicadores de nivel para saber cuándo se está completando la carga de un recipiente y de ese modo evitar derrames o salpicaduras. 
  • No absorber los derrames de sustancias peligrosas con trapos o papel, aunque se lleven guantes; hay que prever sustancias neutralizadoras para cada caso y abundante agua para la limpieza. En ningún caso debe emplearse serrín para absorber líquidos inflamables, puesto que es un polvo combustible y aumentaría la inflamabilidad. 
  • Utilizar guantes resistentes al producto químico trasvasado y pantalla facial para evitar contactos con esas sustancias, especialmente con las corrosivas. 
  • Trasvasar a velocidades lentas, evitando las salpicaduras y las proyecciones, cuando se trate de líquidos o polvos inflamables. Las cargas electrostáticas que se generan en las operaciones de fricción entre materiales diferentes constituyen un peligroso foco de ignición. Igualmente, hay que evitar que se formen atmósferas peligrosas en el interior de los recipientes eliminando la entrada masiva de aire: llenar los recipientes desde el fondo empleando embudos adecuados para ello y aplicar, cuando sea necesario, sistemas de inertización (por ejemplo, nitrógeno).
El envase y etiquetado:
Como medida básica se deberá garantizar la idoneidad de los envases frente a las agresiones físicas o químicas a que puedan estar sometidos. Los tipos de recipientes empleados con mayor frecuencia son los bidones, latas, tarros, botellas, cajas, sacos, toneles, embalajes compuestos, recipientes a presión, embalajes metálicos ligeros, etc. Algunos de los materiales más frecuentes de estos recipientes son: metal (acero, aluminio,…), madera (natural, contrachapado o aglomerado), plástico, etc. 
La etiquetado de las sustancias y productos químicos debe ajustarse a lo indicado en la normativa vigente (R.D. 363/1995, R.D. 255/2003 y R.D. 717/2010 por el que se establece el Reglamento CLP). Así el etiquetado deberá contener al menos:

  • Nombre, dirección y número de teléfono del proveedor o proveedores.
  • Cantidad nominal de la mezcla contenida en el envase salvo que ya esté especificada en otro lugar del envase.
  • Nombre comercial o la denominación de la mezcla. 
  • La identidad de todas las sustancias componentes de la mezcla que contribuyen a su clasificación por lo que respecta a los peligros para la salud humana.
  • Pictogramas de peligro. Los pictogramas de peligro tendrán forma de cuadrado apoyado en un vértice. Cada pictograma de peligro cubrirá, al menos, un quinceavo de la superficie mínima de la etiqueta dedicada a la información exigida, y su superficie mínima no será inferior a 1cm2. Cuando la clasificación de la mezcla implique que en la etiqueta deba figurar más de un pictograma de peligro se aplicarán los principios de prioridad. Las dimensiones de la etiqueta y de cada pictograma dependerán del tamaño del envase. 
  • Palabras de advertencia, de conformidad con la clasificación de la mezcla “peligro” o “atención”. No figurarán más de seis consejos de prudencia, a menos que sea necesario para reflejar la naturaleza y la gravedad de los peligros.
  • Información suplementaria. El proveedor podrá incluir en la sección de información suplementaria de la etiqueta otras informaciones, siempre que ofrezcan más detalles y no contradiga o ponga en entredicho la validez de la información especificada en la etiqueta. 
Es evidente que para la seguridad de los trabajadores, en una sustancia trasvasada no será necesaria la inclusión del Nombre, dirección y número de teléfono del proveedor o proveedores y cantidad nominal de la mezcla contenida en el envase, por lo que estos aspectos se podrían obviar e estos etiquetados secundarios.
Ficha de datos de seguridad:
Otro elemento importantísimo para la seguridad de los trabajadores es la disponibilidad de la ficha de datos de seguridad. 
La inclusión de la gestión y utilización de las FDS en el sistema general de gestión de la empresa deberá asegurar la asignación específica a esta actividad de las responsabilidades, los procedimientos y los recursos necesarios en función de la complejidad de la organización de la empresa y de su sistema productivo. Como acciones principales que debe incluir la gestión y utilización de las FDS destacan: 
  • Crear y mantener un registro actualizado de las FDS correspondientes a los diversos productos químicos utilizados en la empresa y los productos que figuren en proyectos de nuevas actividades. A este efecto se debe mantener un fluido contacto con los proveedores, incluso para recabar información necesaria sobre productos de los cuales no se dispone de FDS. En general, conviene conseguir las FDS de los productos químicos con antelación a su primer suministro al objeto de poder decidir las mejores condiciones para su recepción, almacenado y manipulación.
  • Comprobar la coherencia entre las FDS y la etiqueta del producto y contrastar la información que contiene con las condiciones de utilización del mismo en la empresa, en cualquier caso siempre que se trate de una nueva FDS o una nueva versión de FDS.
  • Utilizar la información que proporcionan las FDS para efectuar las evaluaciones de riesgos en el lugar de trabajo, mediante un análisis cruzado entre las propiedades de los productos y las condiciones de trabajo con los mismos, y para decidir las acciones más convenientes relativas a: Sustitución de productos, manipulación y almacenado, medidas de control, formación de los trabajadores, instrucciones de trabajo y seguridad, información de los trabajadores, procedimientos de eliminación, procedimientos para emergencias (incluida la información conveniente para los servicios exteriores de auxilio), etc…
  • Analizar la información contenida en las FDS de los productos cuya utilización esté prevista en proyectos de nuevas actividades o modificación de las existentes, al objeto de utilizar estos datos para decidir, en las fases de concepción y diseño de las actividades, las medidas preventivas que deberían aplicarse o, si se plantea, la posible sustitución o selección de productos, así como para estimar los requerimientos técnicos, económicos o de otra naturaleza y las repercusiones posibles de la aplicación de estas medidas.
  • Poner las FDS a disposición de los servicios de medicina del trabajo para su utilización en relación con las evaluaciones de riesgos y la vigilancia de la salud y con su posible consejo sobre procedimientos para emergencias.
  • Tener siempre las FDS a disposición para su consulta por los trabajadores o sus representantes.
Como podemos ver tanto el trasvase en condiciones seguras, el envasado adecuado, el etiquetado riguroso y la disponibilidad de la ficha de datos de seguridad son aspectos importantísimos para evitar accidentes o para actuar en tal caso con celeridad y evitar o bien el hecho en sí o sus consecuencias.