Una de las principales novedades de la Norma ISO 9001:2015 es la comprensión de la organización y su contexto, como lo adelantábamos en un post del 04.06.2015. 
Además de comprender la organización y su contexto, la Norma versión 2015 también nos requiere en su punto 4.2. el comprender las necesidad y expectativas de las partes interesadas y en el punto 6.1. determinar y abordar riesgos y oportunidades de la organización.

A la hora de resolver estos nuevos requisitos de una manera fácil y sencilla, las organizaciones se tienen que sentar a pensar en sistemáticas sencillas y reproducibles. Un método ampliamente utilizado en el ámbito de la calidad desde hace más de 50 años es el DAFO.
El análisis DAFO es la herramienta estratégica por excelencia más utilizada, aunque a veces de forma intuitiva y sin conocer su nombre técnico. El beneficio que se obtiene con su aplicación es conocer la situación real en que se encuentra la organización, así como el riesgo y oportunidades que le brinda el mercado.
El objetivo del análisis DAFO es el de que todas las partes involucradas en la actividad identifiquen las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que puedan afectar en mayor o menor medida al desempeño de la organización, y será de gran ayuda para conocer “el contexto de la organización” y los “riesgos y oportunidades” requeridos en la versión del 2015 de la Norma ISO 9001.
El nombre lo adquiere de sus iniciales DAFO:
Debilidades: también llamadas puntos débiles: son aspectos que limitan o reducen la capacidad de desarrollo efectivo de la estrategia de la organización, constituyen una amenaza para la organización.
Amenazas: Aspecto del entorno socioeconómico que puede impedir la implantación de una estrategia, o bien reducir su efectividad, o incrementar los riesgos de la misma, o los recursos que se requieren para su implantación, o bien reducir los ingresos esperados o su rentabilidad.
Fortalezas: también llamadas puntos fuertes: son capacidades, recursos, posiciones alcanzadas y, consecuentemente, ventajas competitivas que deben y pueden servir para explotar oportunidades.
Oportunidades: es todo aquello que pueda suponer una ventaja competitiva para la organización, o bien representar una posibilidad para mejorar la rentabilidad de la misma o aumentar la cifra de sus negocios.
Las debilidades y fortalezas pertenecen al ámbito interno de la organización, al realizar el análisis de los recursos y capacidades; este análisis debe considerar una gran diversidad de factores relativos a aspectos de prestación del servicio, marketing, financiación, generales de organización…
¿Cómo se desarrolla?
Se puede desarrollar un DAFO por procesos, para un proyecto en particular o en ámbito estratégico a nivel de empresa. Lo ideal es realizar el DAFO con varias personas implicadas o funciones de la organización para aprovechar diversas ideas o puntos de vista. Para ello a la hora de realizar el DAFO, antes de la reunión, cada miembro debe autoreflexionar sobre el tema a tratar. Con sus ideas o análisis bajo al brazo cada miembro expone sus resultados en la reunión ante sus compañeros, y durante la misma se realiza un DAFO general mediante el acuerdo de todos los miembros y se vuelcan los resultados en la MATRIZ DAFO.
El problema es cómo enfocar la reflexión, que nos debemos preguntar para detectar debilidades, amenazas, oportunidades y amenazas. No hay preguntas fijas ni metodología establecida, aunque si podemos tener unas preguntas guía como las siguientes:
DAFO a nivel empresarial:
DAFO a nivel procesos:
¿Decisiones a tomar?
Una vez identificados los puntos débiles (debilidades y amenazas) y puntos fuertes (fortalezas y oportunidades), debemos preguntarnos como minimizar unos y potenciar otros, priorizando acciones y estableciendo planes o de mejora o de contingencias.
A la hora de priorizar las organizaciones pueden utilizar métodos ad-hoc, que de una manera muy sencilla permitan desarrollar planes de acciones que ayuden a priorizar las acciones a llevar a cabo. El alcance y extensión de esta metodología deberá estar dimensionada a la complejidad de la organización y de las debilidades y puntos fuertes detectados.
Así un método binario que bareme el impacto (positivo o negativo) y la capacidad de la organización para gestionarlo podría ser suficiente para determinar un plan de contingencias, estratégico o de objetivos de mejora.