¿Quién no ha oído hoy en día hablar
de la responsabilidad social, gestión ética y responsable, responsabilidad
social empresarial, etc…
?. Desde los medios de comunicación (televisión,
prensa, radio, Internet,…) nos vemos bombardeados de anuncios o comunicados de
grandes multinacionales, organizaciones ó empresas que tienen que ver con estos
conceptos. Así nos enteramos que el equipo de fútbol tal apadrina en áfrica a
un equipo de chicos necesitados, que tal residencia lanza campañas de
integración social entre chicos del barrio y residentes, que la empresa de
electrodomésticos “X” reconoce la labor de sus empleados en campañas
publicitarias, etc…
Pero ¿De dónde viene esta moda?
¿Por qué se desencadena?
A finales del siglo XX se produjeron dos hechos desencadenantes de la
fiebre “social” que está permeando a toda nuestra sociedad:
·        
El proceso de globalización desarrollado, que nos ha afectado a todos los
niveles, tanto personales como empresariales, haciendo que una empresa de
origen americano, diseñe sus productos en Francia, los manufacture en China y
los venda en Italia, ganando poder este tipo de empresas en las sociedades de
mercado. Este proceso, además mejorar y fomentar los intercambios comerciales y
de conocimientos entre distintas partes del planeta, ha traído consigo el
desapego a la empresa de toda la vida por parte de los consumidores, ya que no
son empresas ubicadas en nuestra calle, barrio ó ciudad.
·        
La aparición de las figuras de las ONGs que actúan como grupos de presión a
empresas y gobiernos para trabajar contra desastres humanitarias y ambientales.
Estos factores ha determinado que la sociedad, de manera natural, haya
comenzado a demandar de la empresas más trasparencia en su gestión desde el
punto de vista ético y social, lo que ha traído consigo que las empresas poco a
poco hayan desarrollado un “sentimiento responsable” a la hora prestar sus
servicios y/o manufacturar sus productos, tanto desde el punto de vista social
y ético, como desde el punto de vista ambiental.


Pero ¿Qué es la responsabilidad
social
? ¿Cómo podemos definirla?.
Una definición valida es la siguiente:
lograr el éxito en la gestión ética
y socialmente responsable mediante formas de hacer que honren los valores éticos
y de respeto a las personas, comunidades y nuestro entorno, mediante el
cumplimiento de las expectativas éticas, comerciales y legales, tomando
decisiones que equilibren de la manera justa las demandas de todos los grupos
de interés
 
Esto se traduce en que una organización ética y socialmente responsable demuestra un compromiso que
demuestra: en primer lugar, su integración en la estrategia y procesos de la
organización, en segundo lugar, el impulso del diálogo y el conocimiento de las
expectativas de los grupos de interés y por último, el fomento de la
transparencia y la comunicación.
En este sentido, la creciente demanda, por parte de las empresas y
organizaciones, de mecanismos y herramientas que permitan asegurar un
alineamiento entre la gestión y los valores de la organización, han impulsado
la aparición de normas y guías tanto certificables (SGE 21) como no
certificables (ISO 26000).
Por lo expuesto hasta ahora no pensemos que la Responsabilidad Social es un coto exclusivo de las multinacionales
o grandes empresas y organizaciones. Es tan aplicable a estas como a PYMES y
microempresas, tal es así que la mayoría de las PYMES tienen interiorizado en
su ADN que el ser un buen miembro de la comunidad le repercute de manera
positiva en sus ventas.
Este fomento de “buenas acciones” para con la comunidad, no debe quedarse
en una serie de “buenas acciones de navidad”, mediante acciones puntuales según
surgen oportunidades, sino que ha de ser integrada en una estrategia de gestión
responsable con comportamientos planificados a largo plazo.
¿Qué ventajas tiene una PYME
respecto a la gran multinacional a la hora de implementar este tipo de gestión
empresarial
?
·        
Mayor flexibilidad ya que es más receptiva al cambio (menor dificultad para
coordinar acciones)
·        
Cercanía con el entorno local y la sociedad
·        
Relación más directa entre trabajadores y dirección, ya que las relaciones
personales son más sólidas y duraderas que en una gran empresa.
Asimismo la implantación de este tipo de gestión permitirá a las
organizaciones obtener los siguientes beneficios:
·        
Ventajas competitivas sobre el resto de las organizaciones locales,
especialmente si estamos hablando de organizaciones de servicios con gran
impacto social.
·        
Mejora en la reputación.
·        
Mejorar el conocimiento de los riesgos tanto internos como externos que
amenazan a la organización.
·        
Mejora el potencial humano de la organización.
·        
Minimizan la posibilidad de tener alguna sanción administrativa de carácter
laboral o ambiental.
En resumen, la adopción de líneas estratégicas coherentes con la
responsabilidad social, independientemente de certificar o no por tercera parte
este estilo de gestión, repercute de manera muy positiva a todas las organizaciones,
especialmente a las de pequeño tamaño, ya sea por su localización o su
idiosincrasia.
En estos tiempos tan competitivos, el crear una imagen responsable ante la
sociedad puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso de una organización,
por muy buenos servicios o productos que se vendan.
Ya lo dice el dicho: «No basta
que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo
«.